No es un descubrimiento reciente reconocer que los animales, pequeños grandes, han comenzado a cobrar un mayor protagonismo en la vida de las personas.
De pronto, ya no sólo necesitan sus vacunas sino que también requieren vitaminas, cepillos de dientes, shampús especiales, cortaúñas, perfumes, talcos, alimentos, agua exclusiva para consumo animal y hasta ropa de temporada.
A este nuevo nivel de mascotas, se les ha comenzado a llamar "perrijos", término que se refiere al trato que algunas personas les dan a sus canes como si se tratase del sustituto de un hijo o como “hermanos” adoptivos de los niños en casa. De esta manera, las mascotas han pasado a ser parte primordial de la familia en una posición literalmente de un hijo más.
Estos cambios sociales empujan una tendencia que cobra cada día mayor fuerza: la “humanización” de las mascotas, que está siendo explotada como nicho de negocio y, evidentemente, por el marketing, ya que hay nuevos insights en la industria, nuevos jugadores y hasta segmentos Premium para los juguetones animales de la familia.
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