A nadie le preocupa ya las palabras.
Cuando ha pasado solamente un año desde que los indicadores económicos comenzaron a emitir señales de alerta, nadie debate ni le preocupan las palabras con las que el Gobierno quiera calificar la situación de la economía. A los ciudadanos españoles les parece una pérdida de tiempo buscar el término preciso para el momento, sea una recesión, una crisis, una desaceleración o un incidente. El vocabulario oficial lo ha acuñado la vicepresidenta del Gobierno que es la portavoz oficial del Ejecutivo y que, en la rueda de prensa del pasado viernes, 29 de agosto, anunció que el “Ejecutivo plantará cara a la situación” y anunció próximas medidas contra la “desaceleración”. Para designar el camino que nos queda por andar, María Teresa de la Vega reconoció que se aproximan trimestres “difíciles”. Todos tranquilos.
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