La complicada elección de un cachorro.
stoy seguro que muchos de nuestros lectores y de su entorno, han pensado en un cachorro como “original” regalo navideño para familiares y amigos. Soy escueto en mi advertencia: el hecho de comprar una mascota es un tema de importancia y cuidado. Por eso, te sugiero que seas cuidadoso al momento de adquirir uno para tu casa.
Si vas a regalar un cachorro no lo hagas con los criterios de tu propio gusto, de tus aficiones y de tus condiciones de vida. Más bien, mira al hogar en el que ha de desarrollar su vida. Debes tener en cuenta la composición de la familia a la que va destinado tu regalo, si tiene niños o son personas mayores, si los nuevos dueños son personas sedentarias o dinámicas, si viven en una casa espaciosa o reducida en el que dispongan de espacio vital para el nuevo miembro y, finalmente, y esto es importante, si tienen posibilidades económicas para encarar los gastos que ocasionan el mantenimiento, salud y los cuidados que requiere un nuevo componente de la familia. En consonancia con esos análisis escogerás una raza u otra, un perro de vocación cazadora o de compañía, de un tamaño grande o pequeño y de un sexo u otro.
Hay cierta tendencia a identificar a un cachorro con un juguete, cuando debemos inculcar en la familia que lo prohíja que es un ser vivo, que merece respeto y que el hecho de estar en casa le convierte en un miembro más de la familia.
Si no tienes en cuenta todos estos factores, puede que con tu regalo conviertas el hogar de destino en un infierno o, al menos, en un manicomio y que hayas puesto los fundamentos para que el precioso perrito que llega a una casa, dentro de pocos meses pase a engrosar el número de perros sacrificados o abandonados.
Si eliges bien, habrás llevado calor a un hogar y felicidad a una familia y quizás hayas contribuido a crear lazos de unión y calor entre los humanos que la componen.
Ángel de Uña y Villamediana Periodista Nos interesa su opinión.
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