Tras un perro agresivo siempre hay un dueño agresivo.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, confirma lo que muchos nos imaginábamos, los perros adiestrados por medios agresivos continúan siendo peligrosos con el paso del tiempo, a menos que se modifiquen las técnicas de entrenamiento. El estudio, que duró un año, demostró que los métodos agresivos de entrenamiento de perros, que incluyen golpear a los animales o intimidarlos, no sirven para corregir en ellos comportamientos inadecuados, y de hecho pueden propiciar respuestas violentas por su parte. En el proceso de investigación se realizaron 140 encuestas sobre el trato de los dueños hacia los perros, cuyos resultados demostraron que el entrenamiento basado en el dominio provoca miedo en estos animales y puede dar lugar a ataques contra el entrenador.
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