Antonio Garrigues Walker, presidente de Garrigues Abogados, está convencido de que emprender en el sector público es posible.
“Hay que educar a los policy maker para que ayuden a los emprendedores y propicien la innovación. Pero para ello es necesario generar un cambio de cultura”.
Garrigues propone hacer una lista en cada país de con sus méritos y debilidades: “En el caso español, entre los últimos está la pereza innovadora que, en general, padece el sistema. No nos podemos comparar con los países anglosajones ni con cualquier otro”.
Añade que “contamos con otras virtudes, como la capacidad de improvisación, la comunicación, la convivencia o la adaptación. Sin embargo, no podemos presumir de mentalidad innovadora como valor básico y sin innovación no hay futuro”.
Por esta razón, considera fundamental hablar con claridad y franqueza, “y recordar a la Administración que también puede generar mentalidades innovadoras en cuanto supere ciertas restricciones que también afectan al sector privado”.
El miedo al fracaso y al riesgo son, en opinión de Garrigues, los grandes enemigos de la innovación, tanto en el ámbito público como en el privado.
“En Estados Unidos, un joven que presente un currículo en el que no figura ningún fracaso despierta la sospecha”. En este sentido, destaca el papel que desempeña tener la opción de corregir.
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