Perro grande, perro chico.
El mundo de las mascotas es escenario de un fenómeno de discriminación de los perros en función de su tamaño. Los perros pequeños están ganando dominio en las preferencias de los hogares y de las protectoras.
Muchos potenciales dueños de perros buscan ejemplares pequeños porque creen que ocupan menos espacio y son más achuchables que los grandes.
Por otro lado, los perros de tamaño XL lo tienen difícil en las protectoras que comprueban que la gente va buscando el tamaño más pequeño posible.
Injustificadas discriminaciones que no se asientan en una realidad.
Muchas personas creen que un perro grande necesita mucho espacio, cuando lo cierto es que no desea un gran piso, sino dormitar a los pies de su dueño, situación en la que el perro se convierte en una verdadera alfombra.
La necesidad de ejercicio y la movilidad de los perros no está relacionada con su tamaño. Hay perros pequeños que son inquietos, movidos, enérgicos y que cada día necesitan una elevada dosis de ejercicio y que son menos recomendables que un perro grande para vivir en un pequeño apartamento. Además, los perros grandes suelen tener un carácter pausado, porque el hombre se ha preocupado por dominar a estos grandes perrazos durante siglos de historia.
No debíamos elegir a nuestra mascota por su tamaño, sino después de informarnos de la raza, de los requisitos de ejercicio, alimentación y pautas para convivir con él de forma adecuada. Nos llevaríamos muchas sorpresas.
Angel de Uña
Periodista
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