Familia con mascotas
Un amigo, profesor de colegio infantil, me comenta que, cuando pide a los alumnos de su clase que dibujen a su familia, casi la totalidad de los niños que tienen mascota en casa la incorporan al dibujo como un miembro más de la familia. Los niños de hoy están seguros de que su perro o su gato forman parte de la unidad familiar.
La sociedad postindustrial que ofrece muchos ejemplos de disgregación familiar, parece que ha encontrado en las mascotas un freno a la desintegración. Los juzgados y los despachos de abogados de familia reconocen que cuando se diseña una separación o se planifica un divorcio, cada cónyuge plantea con especial cuidado la estrategia para quedarse con la tutela de las mascotas de la familia.
Frente a un panorama real y universal de extinción de muchas especies, los animales de compañía son una muestra clara de un comportamiento proteccionista. Los propietarios de mascotas y las sociedades protectoras mantienen una beligerante postura para recuperar espacios y servicios para sus compañeros.
Frente a muchas acciones humanas que rompen el equilibrio natural, las familias con mascotas son un reducto de conservación y mejora de las especies animales.
Angel de Uña
Periodista
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