Las mascotas y las aerolíneas.
Aunque las exigencias que imponen las compañías aéreas para viajar en avión con tu mascota no son las mismas en todas ellas, los dueños viajeros, reconocen que, de forma general, su compañero-amigo no inspiran confianza en las aerolíneas.
Coinciden los dueños de animales de compañía en que la casi totalidad de estas compañías imponen trabas y exigencias que hacen penoso el viaje de su amigo.
Alguno de nuestros lectores no ha descrito el lamentable estado en el que llega su mascota al final de un viaje en la bodega del avión, rebozada en restos de vómitos y defecaciones, aparte del trauma psicológico que le ha producido.
De hecho, las maletas son los únicos elementos que gozan, relativamente es cierto, de la atención de las compañías aéreas.
Cuando un viajero llega a su destino y recoge en la línea del aeropuerto sus maletas sin que ninguna se haya extraviado, exhala un suspiro de tranquilidad. Para las aerolíneas, en el universo transportable solo hay dos géneros: personas y maletas.
Las mascotas ocupan un lugar intermedio.
El dueño no conoce las condiciones en las que la compañía transporta en la bodega a su mascota. Ignora la temperatura extrema de calor o frío con la que viaja su compañero en la bodega hasta que su mascota no llega al final de viaje con principios de hipotermia o asfixia.
En los últimos año, la sociedad ha dado un salto cualitativo en la consideración de las mascotas y en el buen trato de nuestros amigos los animales de compañía. Las aerolíneas no parece que lo compartan.
Angel de Uña
Periodista
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