Sólo un primer paso.
La entrada en el Congreso de los Diputados de un proyecto de ley que modifica el concepto que nuestro Código Civil tiene sobre lo que es un animal de compañía, supone un acontecimiento social y político de importancia histórica.
El texto aprobado establece con precisión y claridad que "los animales no son cosas", lo que obligará a hacer cambios profundos en algunos artículos del Código Civil que data de 1889.
Pero este reconocimiento de nuestras mascotas como ser dotado de sensibilidad, no es la meta a la que aspiran los ciudadanos españoles.
La proposición no de Ley que se presentó y aprobó en el Congreso reconoce que la mascota no puede dejarse como herencia ni puede ser objeto de reparto como un mueble, un coche o un mueble del salón.
El texto aprobado reconoce que los animales no son "cosas" ni objeto de transacciones, pero no llega a reconocerles derechos.
Se debía haber avanzado más. En el cambio aprobado, se reconoce que las mascotas no son objetos, pero hubiese sido más decisivo que el texto hubiese plasmado que las personas tienen el deber de mejorar su vida y procurar el bienestar animal.
El paso inicial está dado pero hacen falta nuevos avances.