
La buena elección de su mascota hará que la vida juntos sea agradable, divertida y en la que disfrute de un buen amigo.
Como consecuencia de la diferencia de caracteres que existe entre las personas, no todos los tipos de perros encajan en el hogar que en un principio les asignaron, bien sean de raza, pedigrí o mestizos, por lo que se debe valorar el tipo de vida que llevas para adquirir un tipo de mascota u otra.
Si eres una persona activa, que te gusta el ejercicio, el deporte, el aire libre y tienes tiempo para disfrutarlo, has de elegir una raza activa, con propensión a exponerse a ejercicio prolongado como las razas nórdicas.
No sería compatible un perro en el que el desgaste físico no fuera una prioridad. Si por el contrario eres un individuo con tendencia a salir poco de casa, más sedentario, la mascota sería acorde a ese modo de vida, aunque siendo así y por las características naturales de los perros la mejor elección sería un felino ya que éstos no necesitan salir de la vivienda para obtener sus necesidades básicas de ejercicio diario.
Si la persona tiene un carácter más permisivo no sería recomendable que adquiriese un perro de raza fuerte como el Rottweiler, sino uno más sencillo para su manejo como un Golden Retriever.
UNA CUIDADA SELECCIÓN
Si para un artículo material se adjudican determinadas horas en planteamientos y demás detalles, ¿no sería lógico asumir la responsabilidad de valorar e informarse adecuadamente cuando lo que se va a llevar al hogar es un ser vivo?
Si desea disfrutar de un buen compañero y amigo canino es bueno conocer e informarse sobre todas sus cualidades y adaptarlas a las que ustedes poseen.
Ya se trate de una raza concreta o de un perro adoptado en una protectora de animales, hay que tener presente que la vida de nuestra mascota oscila entre los 14 y los 17 años, incluso más. Durante todo ese tiempo él va a necesitar una serie de cuidados y atenciones básicas como son la alimentación, el juego, el ejercicio, su salud, las visitas periódicas al veterinario y los accesorios correspondientes a cada tipo de raza o especie.
La familia que decide adoptar un perro en un refugio ha de tener presente las circunstancias que han llevado a que el animal haya sido abandonado. Por desgracia todos estos canes han tenido pasados desastrosos, tristes y llenos de problemas que sus anteriores propietarios no han sabido abordar de la manera correcta, por lo que sus condiciones son bastante extremas en la mayoría de las ocasiones.
Es necesario hacer hincapié en las indicaciones que cada uno de los trabajadores del albergue explica, tomar buena nota de todas las peculiaridades y problemas que puedan surgir, consultar todas las dudas e inclusive no decidir el primer día que se va al refugio.
A la hora de interesarse por el perro que ha llamado su atención, hay que fijarse en el tamaño, el carácter, compatibilidad con otras especies como gatos, pájaros o cualquiera que pueda haber en su hogar, si vivirá en un piso, en una casa con jardín, o en una finca con mucho terreno.
Por otro lado, hay que ser consciente de que si en la familia hay niños lo ideal es un perro muy sociable, de carácter bondadoso y sin ningún signo de agresividad.