Este vídeo que nos envió una asidua lectora, Mariángeles Tarrago, de Tarragona, es un compendio plástico y emocionante de los sentimientos de nuestras mascotas y de su perfecta sintonía con su amigo humano.
El perro, que tiene una alzada que supera a la del pequeño, no solamente le sigue en sus juegos, sino que se mantiene comprensivo, paciente y al acecho de cualquier amenaza que se acerque a su amiguito.
El niño juega confiado en la complicidad de su mascota, recupera la marcha totalmente convencido de que cuenta con un apoyo incondicional y seguro en el difícil camino por la vida.
Un diálogo silencioso y enternecedor.
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