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Un perro mezcla de yorkshire con foxterrier que no llega a los nueve kilos de peso, ha protagonizado un suceso del que se ha hablado en los medios de comunicación zaragozanos. Una tarde-noche del pasado diciembre, su dueño le llevó a pasear, como cada noche, al parque de la Razón ubicado entre Montecanal y Valdespartera.
Allí le dejó correr suelto junto a un perro rottweiler con el que comparte casa.
Al recoger a los dos perros, su dueño detectó que su perro yorkshire cojeaba. Examinó la pata y no vio nada importante en sus ella. A la mañana siguiente, la pata del animal estaba totalmente morada y la gangrena se extendía hacia el pecho. Su dueño le llevó a un hospital veterinario, donde le hicieron una cura y regresaron a casa.
"Al poco tuvimos que volver porque la pata derecha delantera estaba totalmente fría. Me lo dejaron ingresado un mes y al final hubo que amputársela", explica su dueño.
Todavía no se ha localizado el motivo que provocó la amputación de la pata, aunque en el hospital veterinario enseguida pensaron que la gangrena fue provocada por un veneno.
Barajaron la posibilidad de una mordedura de víbora y también la de una picadura de araña.
Lo sorprendente es que ocurrió en un parque público de Zaragoza en pleno invierno y desde ANSAR descartan tajantemente la opción de la serpiente: "No hay víboras en esta zona y además en esta época están hibernando".
Ahora el perrito todavía sigue recuperándose. Estuvo muy débil, cuando le operaron la infección le empezaba a tocar los riñones y otros puntos vitales y todavía se niega a comer.
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