
Marta es una mujer de 56 años, vecina de una población extremeña, que ha sido protagonista de una insólita situación junto a su hijo, Roberto, de 29 años. Roberto decidió demandar a su madre por tener 16 perros como mascotas en su casa, argumentando el comportamiento que escapan a los parámetros psicológicos normales para una persona de su edad.
De acuerdo a lo expuesto ante los tribunales locales, el hijo sostuvo que la tendencia podría generar una mala convivencia al interior del hogar. No obstante, la Corte de Apelaciones de la zona falló a favor de la mujer, expresando que Ponce apadrina los animales por voluntad propia.
Sobre la decisión de la justicia, la madre afirmó que lo más probable es que su hijo haya estado preocupado por su salud más que intentar perjudicarla.