El tumor de mama, una de las enfermedades más extendida entre los perros
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La edad media de aparición es a los 10 años, habiendo razas más predispuestas que otra a la enfermedad.
El tumor de mama es una de las enfermedades más extendidas y temidas hoy en día, puesto que su incidencia es bastante elevada y el tumor puede llegar a ser muy agresivo.
Se calcula que aproximadamente entre el 35% y el 50% de los tumores mamarios caninos son malignos.
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Los tumores mamarios malignos crecen a través de los vasos sanguíneos y linfáticos, llegando a los ganglios linfáticos y a los pulmones. En la mayoría de los casos se puede prevenir si se realiza una ovariohisterectomía (intervención en la cual y los ovarios) antes del primer año de vida. También pueden influir en su desarrollo la administración de tratamientos con progesterona.
La clasificación del tumor puede ser realizada mediante una citología o remitiendo las pruebas a un laboratorio especializado. Normalmente, los tumores malignos presentan unas características comunes como: rápido crecimiento, consistencia dura e irregular y úlceras, entre otros. Lo más recomendable es no precipitarse hasta conocer los resultados definitivos.
Hay razas con más predisposición a esta enfermedad. Entre ellas están el Caniche, el Boston Terrier, el Fox Terrier, el Airedale Terrier, el Samoyedo, el Pointer, el Golden Retriever, el Setter y el Cocker Spaniel, entre otros. En lo relativo a la edad, los animales con más riego son las hembras sin esterilizar de mediana edad, puesto que la edad media de aparición gira en torno a los diez años. A medida que aumenta la edad, aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad.
Es frecuente establecer el diagnóstico durante un examen rutinario, no siendo habitual la consulta como consecuencia del tumor. En algunos casos más avanzados el motivo de consulta es una claudicación (cojera) o disnea (respiración dificultosa) como consecuencia de una metástasis pulmonar. Las zonas más habituales donde podemos detectarlo son las mamas y palpando los ganglios de las axilas.
Una vez analizado el tumor, el veterinario decidirá cuál es el tratamiento más adecuado para cada caso. Por ejemplo, para tratar tumores benignos, el tratamiento quirúrgico es favorable. En el caso de que sean malignos, depende en gran medida del tipo tumoral y del estadio del mismo.
Los tratamientos
Lo primero es hacer una distinción entre tratamiento médico y quirúrgico. El primero de ellos, se aplica cuando el tumor no es operable y suele basarse en sesiones de quimioterapia para intentar controlar el crecimiento del mismo. La segunda opción es la más utilizada y efectiva. Consiste en una intervención quirúrgica para eliminar el tejido tumoral.
En algunos casos se hace imprescindible una segunda intervención, sobre todo si hay que eliminar todas las mamas. También podemos realizar la ovariohisterectomía (extirpar los ovarios) en el momento de la extracción tumoral. Aunque esta última técnica no previene el desarrollo de nuevos tumores.
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