En primavera, las picaduras de insectos inundan las consultas veterinarias.

Hay un millón de especies de insectos y muchas de ellas son peligrosas para el perro y el gato.
Con la primavera definitivamente instalada entre nosotros, nos encontramos en el momento en el que los insectos están más activos. El tema tiene interés porque la picadura de algunos de ellos puede resultar muy peligrosa.
Los insectos conforman el grupo de animales más diverso del Planeta. Hay descritas un millón de especies, 120.000 de ellas son moscas y mosquitos y 110.000 son abejas, avispas y hormigas. Algunas de estas especies son peligrosas para el perro y el gato.
Un insecto de colores llamativos, que se mueve y emite zumbidos resulta un poderoso reclamo para la atención de perros y gatos, sobre todo si son cachorros. Y las consecuencias no se hacen esperar: en primavera y verano las consultas veterinarias por incidencias de perros con insectos, como picaduras de diversa consideración, aumentan de manera notable.
La gravedad de la picadura para el perro dependerá de la cantidad de ellas que tenga, de la parte del cuerpo donde se produzcan, del insecto de que se trate, así como del hecho de que el perro sea alérgico. De hecho, un perro con gran cantidad de picaduras de avispa, puede sufrir un colapso y morir.
La picadura de una abeja tiene un veneno más potente que el de la mayoría de las hormigas. Si un perro es alérgico al veneno de una abeja o avispa, la reacción desmesurada de su sistema inmunológico puede causarle inflamación y enrojecimiento. Pero, en caso de que se produzca en la cara, hay más peligro de que el veneno llegue a la garganta y se cierre la glotis, en la laringe, con el consiguiente riesgo para la vida del animal.
Cómo actuar
Frente a la picadura de una abeja o una avispa, la primera acción es aplicar, como en el caso de las personas, amoniaco o vinagre. Estos productos se suelen tener a mano en casa y tienen la facultad de anular la acción del veneno del insecto. Por otro lado, conviene mojar la zona con agua fría y acudir al veterinario, para que valore si es necesaria la aplicación de un antihistamínico.
Los perros resultan unos huéspedes ideales para parásitos como pulgas y garrapatas, además de para las larvas de moscas y mosquitos.
Por ello, es fundamental crear un escudo protector que les proteja de los parásitos, que les pueden transmitir graves enfermedades, como la dermatitis alérgica, en el caso de las pulgas.
Con la llegada del buen tiempo, los mosquitos se reactivan y muchos de ellos resultan peligrosos para el perro debido a las enfermedades parasitarias que le pueden transmitir, como la filiarosis o la leishmaniasis.
Por otro lado, las moscas, además de molestas, encuentran en los perros, sobre todo en sus orejas, el alojamiento ideal para colocar sus larvas o huevos que, cuando nacen, se alimentan de la carne del can. Las moscas recién nacidas provocan en el perro la infección de los tejidos, que se traduce en heridas (miasis).
Insectos y parásitos no solo pican al perro, sino que también le transmiten enfermedades. La salud del can está en juego frente a estos animales y depende de una correcta higiene de su pelaje y piel, además de métodos antiparasitarios adecuados y eficaces, sobre los que, el veterinario será el mejor consejero.
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