Un perro puede sobrevivir a la falta de alimentos, pero si pierde más del 12% del agua de su cuerpo puede llegar a morir. El líquido elemento resulta esencial, porque transporta sustancias, de todo tipo, del interior al exterior del organismo (toxinas), y cumple un papel fundamental en la regulación de la temperatura corporal.
Por todo ello, el perro debe disponer siempre de agua limpia y a una temperatura adecuada (ni muy fría, ni demasiado caliente).
Si está demasiado caliente o sucia, el animal beberá igualmente por necesidad, pero consumirá menos cantidad de la necesaria, por lo que su organismo se resentirá. El agua, sobre todo en verano, hay que cambiarla varias veces al día.
Agua sin límite
Si el perro bebe mucha agua, incluso más de lo normal, no resulta perjudicial para su salud, porque la eliminará con facilidad. Sólo hay que restringir el agua en caso de que el perro vomite mucho.
El animal necesitará más agua tras el ejercicio físico, cuando hace mucho calor o si tiene fiebre. En el caso de las hembras, también durante el período de lactancia o, en caso de enfermedades que cursen con diarreas, como vómitos o hemorragias.
Por norma general, el perro sólo debe beber agua. Cuando son cachorros pueden tomar algo de leche, pero no mucha, porque hay animales que tienen dificultad para digerirla y, además, no es un alimento fundamental para ellos. Por otro lado, el perro no debe beber de charcos, aguas estancadas o del mar. Tampoco es recomendable que beba de un río, por muy limpia que parezca el agua.
Una buena manera de comprobar el nivel de hidratación del perro es a través de la elasticidad de la piel. Si al pellizcarla no se muestra elástica, y vuelve rápido a su sitio: está deshidratado.
En conclusión: agua, toda la que quiera, siempre limpia y a temperatura ambiente. Es preferible que no coma a que no beba.
El agua es el nutriente más importante de la dieta, porque el 70 % del peso corporal es agua, sobre todo en los cachorros. Por ello, los perros que comen alimento seco deben consumir más cantidad de agua que los que se alimentan con pienso de lata. Así que, tomen nota de varios consejos al respecto:
- El perro debe disponer siempre de agua limpia y fresca.
- En verano, hay que cambiarla varias veces al día.
- El perro puede beber toda la cantidad de agua que quiera. No hay que restringírsela.
- Evitar que ingiera agua que no sea potable (ríos, mar, charcos o agua estancada).
Por último, lo más importante para elegir un alimento de calidad para el perro es su contenido en nutrientes (proteína o lípidos, entre otros), y la composición y calidad de sus ingredientes. El alimento debe ser completo y equilibrado para las distintas fases de la vida del animal. Un factor importante a tener en cuenta es la digestibilidad del producto, algo a lo que los fabricantes de pienso de gama alta prestan cada vez más atención, porque mejora mucho la calidad del producto final. Este aspecto depende de cuestiones como: la calidad de las materias primas utilizadas, el proceso empleado en la fabricación del producto, e incluso del propio animal que toma el alimento.