Enfermedades habituales en gatos mayores
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Un gato de más de 8 años, debe realizar dos visitas anuales al veterinario
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Algunos lectores nos preguntan por las enfermedades que son mas habituales en los gatos de cierta edad. Consultando con algunos veterinarios hemos concluido que estas son algunas de las dolencias más habituales en de estos animales de compañía:
La enfermedad renal crónica, que afecta a los riñones de algunos gatos, debido al deterioro que sufre este órgano con el paso del tiempo. No obstante, con un adecuado control y tratamiento, los gatos pueden vivir muchos años con la enfermedad.
La enfermedad periodontal es habitual en el caso de los gatos mayores que no mantienen una adecuada higiene oral. Patologías bucales, como la gingivitis, fracturas dentales o infecciones en las raíces de los dientes, pueden provocar graves problemas de salud en el gato.
Por otro lado, la artrosis degenerativa es una enfermedad habitual entre los gatos de edad avanzada y se puede tratar con dietas especiales y analgésicos.
Por último, el hipertiroidismo es una patología frecuente entre los gatos, aunque poco diagnosticada, y es importante detectarla para tratar al gato. Se trata de una enfermedad que puede acarrear disfunción renal y cardíaca.
Los gatos son cada vez más longevos, y aunque la edad media de la vida de un gato son los 16 años, en las consultas veterinarias es habitual ver felinos de 20 años (100 años en una persona). Estos animales necesitan tratamientos para evitar el dolor provocado por afecciones típicas de la edad, como la artrosis.
El número de gatos domésticos mayores de 10 años va en aumento. En España, habría alrededor de 3,2 millones de gatos domésticos. Entre ellos, los felinos con más de siete años son el 21%.
La expresión del dolor
Los gatos no expresan el dolor que sienten, porque son presas y deben maquillar sus debilidades frente a sus depredadores.
Por ello, es fundamental que los dueños observen cambios de comportamiento que indiquen que el animal sufre dolor, como la pérdida de apetito o la falta de actividad.
El dolor de un gato mayor debe tratarse, según las pautas que indique el veterinario. Algo que nunca se debe hacer, sin embargo, es ofrecer al gato medicamentos humanos, ya que ponen en riesgo su salud e incluso su vida.
Es el caso del paracetamol que produce en los gatos fallo hepático y alteraciones en los glóbulos rojos que provocan su muerte.
Con la edad, es habitual que el felino sufra dolores articulares provocados por enfermedades como la artrosis degenerativa.
Pero, lejos de demostrar que siente dolor, tratará de maquillarlo.
Por ello, las revisiones veterinarias del gato mayor son fundamentales para detectar patologías y enfermedades propias de la edad, con el fin de aplicar un tratamiento que palie las molestias y le procure una adecuada calidad de vida.
Los cuidados
Se considera que un felino mayor de ocho años precisa cuidados específicos, como:
• Realizar dos visitas al veterinario cada año, con el fin de realizar un análisis de sangre, orina y verificar el estado del tiroides. El hipertiroidismo es una enfermedad común entre los gatos de edad avanzada. Por ello, conviene llevar a cabo un diagnóstico temprano que permita aplicar un tratamiento adecuado, para mantener los síntomas de la enfermedad bajo control.
• Mantener la boca del gato limpia y sana evita la tendencia de los felinos mayores a padecer gingivitis (inflamación de encías) y a acumular placa bacteriana, que deriva en afecciones orales graves que deterioren la salud del gato mayor y minan su apetito.
Hay que practicar la limpieza de la boca del gato desde que es un cachorro en casa, con productos específicos ayuda a mantener una adecuada higiene oral.
Aunque, en ocasiones, puede ser necesaria una limpieza dental a fondo, mediante ultrasonidos.
• Por último, hay que tener en cuenta que el estado del pelaje del gato es un buen indicador sobre su estado general de salud.
Si el pelo del felino tiene caspa o un aspecto deteriorado puede ser la señal de que existe un problema oral, que le causa dolor, o cualquier otra patología que impida que el animal pueda acicalarse.
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