Hay perros que se transforman por los celos.
Si el que ya vive en casa está bien socializado, podrá asimilar mejor que llegue otro y le robe protagonismo.
Algunos lectores nos comentan y piden orientación ente las frecuentes trasformaciones su sufre el comportamiento de su perro con la llegada de un cachorro de gato. Afirman que su perro se ha vuelto más nervioso y gruñón.
Debemos tener en cuenta que los perros pueden sufrir celos frente a cualquier persona o animal que les pueda robar el protagonismo con sus dueños. Muestran una respuesta emocional ante la sensación de posible pérdida del sujeto u objeto deseado. Demuestran celos ante determinadas situaciones, pero por causas distintas a las personas, como la lucha por perpetuar sus genes. Y es que, en este sentido, personas y perros somos más parecidos de lo que creemos.
Los celos pueden llegar a ser extremos y crear problemas de convivencia de difícil solución. Algunos especialistas en comportamiento canino califican los celos patológicos de doble personalidad y lo denominan síndrome de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
Puede haber ciertas señales que nos avisen de que el animal sufre por culpa de los celos. Algunas de ellas pueden ser:
• Irritabilidad, sobre todo, cuando está presente la persona o animal que le despierta los celos.
• Cambios de estado de ánimo. Puede enseñar los dientes y gruñir y, al poco tiempo, normalizar su actitud.
• Mostrarse muy posesivo con la persona o animal que quiere monopolizar. Es decir, está obsesionado y les persigue.
• Puede darse el caso de que destroce objetos de la casa para llamar la atención y descargar su tensión.
Perros socializados
En caso de que sea un animal quien llega a casa, si el perro está bien socializado, podrá asimilar mejor que otro le robe protagonismo. Para que así sea, ha tenido que aprender desde cachorro a jugar con otros congéneres, salir a la calle y compartir juguetes, como la pelota. Si está acostumbrado a que otros perros vengan de visita a su casa, se tumben en su cama, beban de su plato y se relacionen con sus dueños, habrá mucho camino recorrido para lograr una buena aceptación del nuevo perro.
Cuando llega un animal nuevo a casa hay que dejar que se organicen entre ellos y establezcan la jerarquía que les resulte más adecuada. En ocasiones, intentamos arreglar u organizar la situación entre perros y gatos, pero lo estropeamos.
El sentimiento de los celos en los perros se asemeja bastante al de las personas. Su comportamiento social se parece al nuestro en muchos aspectos. En torno a los celos pueden detectarse comportamientos conflictivos porque las reacciones de algunos perros debido a los celos son imprevisibles.
El perro puede sufrir una pérdida de contacto con la realidad y se descontrola.
Cuando finaliza el episodio de celos, muestra un comportamiento normal, e incluso cariñoso, como si no hubiera ocurrido nada. Un ataque de celos puede tardar en repetirse meses o años.
El perro debe estar pendiente de sus dueños y no al contrario. Los perros saben cómo captar la atención de sus dueños, pero hay que enseñarles que no tienen lo que demandan cuando ellos quieren, sino cuando sus dueños consideran que es el momento adecuado. El perro tiene que adaptarse a los nuevos cambios.
Aunque si hay un nuevo miembro en la familia, los dueños deben intentar equilibrar los cuidados y atenciones con respecto al perro celoso, que necesitará sus tres paseos diarios, atención veterinaria, cariño y juegos.
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